Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

30 abril, 2012

Luiz Zapata, un hombre de letras que opina sobre la ciencia

Nacido en el siglo XVI en Llerena (Badajoz), Luis Zapata de Chaves desempeñó diversos cargos cortesanos. Se le conoce un extenso poema dedicado a Felipe II en el que narra los acontecimientos más importantes del reinado de su padre: Carlo famoso (1566); tradujo el Arte Poética (1592) de Horacio; escribió un libro sobre cetrería y una más que interesante Miscelánea. Silva de casos curiosos que fue publicada por primera vez en 1859. En este último texto podemos leer importantes referencias al mundo de la ciencia de la época, en las que el autor se alegra del tiempo que le toca vivir, pondera a los grandes hombres del arte y de la literatura y no se olvida de los personajes eminentes de la ciencia y técnica que le son coetáneos. 

18 abril, 2012

García de Galdeano, impulsor de la matemática


Zoel García de Galdeano y Yanguas (1846-1924), nació en Pamplona en 1846. Su padre, capitán del Ejército, fue fusilado por los insurrectos de la Isla de Santo Domingo. La familia decidió entonces emigrar a Zaragoza y, desde entonces, toda la vida de este matemático estuvo relacionada con la capital aragonesa.
En Zaragoza siguió primero la carrera de Perito Agrimensor tasador de tierras y, después, la de Magisterio (1869). Ese mismo año, en un examen libre, fue graduado de Bachiller, lo que le permitió matricularse en la Universidad, en la Facultad de Filosofía y Letras y, desde el año siguiente, también en la Facultad (Libre) de Ciencias Exactas. Obtuvo las dos licenciaturas en 1871 y entonces fue nombrado catedrático de Cálculo Diferencial y recibió el grado de Doctor en Ciencias antes de que suprimieran la licenciatura y el doctorado en Ciencias de la Universidad de Zaragoza.

08 abril, 2012

Las amistades de Gregorio Marañón


Todos tenemos mucho que aprender y poco que enseñar y, por eso, si nuestros amigos son homogéneos, culturalmente hablando, será fácil que las conversaciones acaben en un punto común, con diferencias de matiz. Un ciclo de conferencias, tertulia, grupo de discusión, etc., formado por hombres y mujeres de distinto origen intelectual es, sin duda, un buen lugar de encuentro y enriquecimiento personal.
En Gregorio Marañón, el hombre capaz de disfrutar de la vida porque todo le interesaba, era una persona de conocimientos, así, de saberes sin adjetivos. Desde muy joven, siendo aún estudiante de Medicina, asistía a los acontecimientos culturales del Ateneo madrileño, bien para oír un recital poético de Rubén Darío, o participar como claque en los “miércoles wagnerianos” del Teatro Real.