Una institución paradigmática de lo que significó un primer intento serio de impulsar la cultura en el ámbito femenino al iniciarse el siglo XX fue la Residencia Internacional de Señoritas. Fundada en 1915 y dirigida por María de Maeztu vino a ser un centro paralelo a la Residencia de Estudiantes, para varones.
La residencia femenina era un lugar de acogida de las estudiantes procedentes de toda España que iban a Madrid a realizar, completar o ampliar estudios. En la Residencia se daba un buen ambiente cultural y de convivencia que, en buena medida, completaba el de la Universidad: lecturas comentadas, tertulias, representaciones teatrales y excursiones, eran algunas de sus muchas actividades culturales.