Soldado del espíritu, el investigador defiende a su patria con el microscopio, la balanza, la retorta o el telescopio (Santiago Ramón y Cajal)

16 abril, 2018

España por los aires

Son numerosos los autores que consideran que la historia de la aviación, o de la aeronáutica, empieza en 1903 con dos hermanos que, con una formación de bachillerato, tenían un negocio de reparación de bicicletas (Wright Cycle Co.) en Dayton (Ohio); los hermanos Wilbur (1867-1912) y Orville Wright (1871-1948) realizaron el 17 de diciembre de ese año, en las llanuras de Kill Devil, en Carolina del Norte, ante cinco testigos, un vuelo de 12 segundos que recorrió 40 metros. El vuelo fue con un biplano de madera, revestido de tela y propulsado por dos hélices accionadas mediante una transmisión de cadenas de bicicleta, un motor de gasolina de 12 caballos de potencia y 90 kilogramos de peso.

El hecho no tuvo un gran reconocimiento público tras los sucesivos fracasos de otro pionero de la aviación, el físico e inventor estadounidense Samuel Pierpont Langley (1834-1906). No obstante, en 1905, cuando la revista científica estadounidense Scientific American informó de la hazaña de los hermanos, se produjo un cambio radical de la situación.
Ese año se crea el Real Aero Club de España gracias al impulso del Marqués de Viana, José de Saavedra y Salamanca (1870-1927), y de Jesús Fernández Duro (1878-1906). El Aero Club era  una sociedad de fomento de la aerostación y una de las fundadoras de la Federación Aeronáutica Internacional, con otras sociedades similares de Alemania, Reino Unido, Bélgica, Francia, Italia, Suiza y Estados Unidos.
Primero había que hacer naves capaces de volar y había que formar pilotos preparados para tripularlas. El 2 de abril de 1910 se crearon en España, por Real Orden, los Servicios de Aerostación, Aeronáutica y Aviación dependientes del Ejército. Después se construyó un espacio adecuado para las naves y así, el 11 de enero de 1912 se hizo cerca de Madrid el aeródromo de Cuatro Vientos, donde había una escuela de pilotos y un centro de prueba de aeroplanos. El principal responsable del mismo fue el capitán Alfredo Kindelán, que fue uno de los primeros alumnos de la Escuela Aviación, junto con los capitanes Emilio Herrera y Enrique Arrillaga
Sin embargo, antes de la construcción del Aeródromo de Cuatro Vientos, en agosto de 1910, se le había dado a Benito Loygorri Pimentel (1885-1976) el título de piloto de aviación. Este ingeniero industrial había recibido clases de aeronáutica en la Escuela de Voisin, en las cercanías de Reims, y conseguido su licencia de la Federación Aeronáutica Internacional. Esta licencia fue, obviamente, confirmada por el Real Aero Club de España y Loygorri realizó demostraciones de vuelo por toda España.  La segunda licencia española la logró el Infante Alfonso de Orleáns y Borbón, dos meses más tarde.
En 1923 se crea la revista Aérea, la primera de aviación que se hizo en España; la fundación de la misma fue obra de lo más granado de la técnica española: Alfredo Kindelán, Emilio Herrera, Juan de la Cierva y Leonardo Torres Quevedo. 
En estos albores de la aeronáutica, España realizó un papel importante y algunos españoles fueron figuras destacadas de esta tecnociencia. 
En una parcela al lado del aeródromo de Cuatro Vientos, en 1928, se crea por un Real Decreto la Escuela Superior Aerotécnica, el primer centro oficial de enseñanza aeronáutica español, en el que se imparten los conocimientos para obtener el título de ingeniero aeronáutico. Se ubica inicialmente en un edificio próximo al aeródromo de Cuatro Vientos y su primer director fue el militar y aeronauta, ya citado, Emilio Herrera.
Cabe preguntarse entonces por la formación científico-técnica de los hombres que se interesaron por la aeronáutica antes de que se creara la Escuela Superior de Aerotécnica. La respuesta, casi necesariamente, debe dirigirse hacia otros estudios técnicos que permitieran la construcción de artefactos voladores y así, ingenieros eran Juan de la Cierva, uno de los mejores de la historia de nuestro país, y Emilio Herrera, diseñador del traje espacial.

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